
Es posiblemente la película que menos he visto de Steven Spielberg (solo una vez) y ayer a la noche la daban en Calle 13 y me quedé a verla por que casi no me acordaba de ella. Evidentemente me encantó por que muestra de manera sobrecogedora la historia de un niño ingles que se queda atrapado en Shanghai en 1939 durante la ocupación japonesa. Sus padres lo pierden en el puerto donde iban a embarcar hacia Londres. Solo en una ciudad tomada por el caos y el ejercito donde le atracan. El niño es Christian Bale (Batman Begins) y en Shanghai le acogen unos ladrones americanos que lo único que quieren es venderlo. Pero todos acaban presos en un campo de concentración japonés. El ladrón Basie (John Malkovich) se convierte en el héroe del niño que le imita a su manera y lo convierte en su figura paternal. Basie le protege a su manera y casi se siente responsable de el, pero no puede escapar a lo que es y el es un ladrón oportunista nato. No es malvado pero no hace el bien.
Lo mas bonito de la película es la admiración que tiene James (niño) por los aviones japoneses y su valor como soldados. La escena en la que desde detrás de la alambrada presencia el ritual por el que pasaban los pilotos kamikazes es alucinante, es cuando ves que el ha comprendido que todo lo que el imaginaba cuando era pequeño sobre grandes batallas aéreas y soldados valerosos, ahora es real, y se identifica con ellos.
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